lunes, 22 de junio de 2009

CAPÍTULO I, EL YOGA DEL DESALIENTO DE ARJUNA.

ARJUNA VISHADA YOGA. (Consta de 47 slokas)

El Rey Ciego Dhritarâshtra pregunta:


1. ¿Qué hicieron, ¡oh Shanjaya!, mis guerreros y los del ejército de los Pandavas para que así se ayan reunido ansiosos de pelea en la sagrada llanura, en el Campo de Kuru?

Nota: Kuru era el común antepasado de los príncipes Pandavas y de los Kuravas, cuyos ejércitos se aprestaban a la inminete batalla.

El Sabio Sanjaya dice:
2. Apenas el Príncipe Duryodhana (hijo de Dhritarâshtra y el mayor de los Kuravas, es la personificación del orgullo, la envidia, la injusticia y demás bajas cualidades) hubo divisado el ejército de los Pandavas en orden de batalla, acercóse a su maestro (Drona, hijo de Bharadvâja, siendo experto en el manejo de armas, enseño a los principes Kuravas y Pandavas el arte de la guerra, y Arjuna fué sumejor discípulo) y le dijo:

3. ¨Contempla, ¡oh Maestro!, las formidables huestes de los ijos de Pandu alineadas por tu hábil discípulo, el hijo de Drupada (Drishtadyumma, quien, según refiere el canto séptimo del Mahâbhrata, âdió muerte a Drona en un combate)¨.

4. Allí están, en sus formidables carros de guerra (se decía que uno de estos carros podía combatir contra diez mil guerreros), los heroicos arqueros Yuyudhâna (llamados también Sâtyaki, guerreros del lineaje de los Yâdavas y amigo de Sri Krishna), Virâta (el Rey de Matsya, que albergó a los Pandavas durante el año de exilio) y Drupada (el Rey de Panchala y padre de Draupadi, esposa de los cinco pandavas), que igualan a Bhîma (uno de los cinco Pandavas, hijo de Vayu, Deva del viento) y Arjuna (el gran devoto del Señor Krishna, cuyo diálogo con éste conforma el presenta Tratado Espiritual) en el combate.

5. También esán allí Drishtaketu (Principe guerrero, hijo de Drishtadyumma), Chekitâna (un valiente arqueto de la dinastia Vrishni), el valeroso Rey Kâshi, Purujit (Rey hijo de Kuntibhoja y hermano de Kunti, madre de los Pandavas) y Kuntibhoja (Rey de la dinasía Yadhu), y Shaibya (Rey Shibi y uno de los más diestros arqueros), que es como un toro (símbolo de fuerza y vigor, sirve a menudo como título honorífico) entre los hombres.

6. Y Yudhâmanyu (Principe de la familia real de Panchata) el esforzado, Uttamaujâs (guerrero perteneciente al reino de Panchala) el audaz, el hijo de Subhadrâ (Subhadrâ era hermana de Sri Krishna, quien la dio por esposa a Arjuna, estrechando así el parentesco entre ambos) y los hijos de Daupadi (esposa de los principes Pandavas), todosellos montados en grandes carros.

7. Pero, ¡Oh tú, el mejor de los dos veces nacidos!, conoce además a los jefes y guías de nuestro ejército. Voy a nombrártelos.

8. Tú, Señor mío, y Bishma y Karna (primer hijo de la reina Kunti y de Sri Surya, el Dios del Sol, encarnación de la generosidad y la fidelidad, habiendo sido abandonado por su madre al nacer, llevó una existencia trágica y dolora, en la batalla se vio enfrentado con sus propios hemanos los Pandavas) y Kripa (Maestro de la corte de los Kuravas), triunfantes en las batallas. Y también Ashvatthâmâ (hijo de Dronacharya), Vikarna (uno de los cien hijos de Dritarâshtra) y Saumadatti (conocido como Burishravas, hijo de Somadatta, un Rey de Kuruvamsha).

9. Y muchos otros héroes pertrechados de armas arrojadiza y expertos en el guerrear que por mi causa exponen su vida.

10. Aunque capitaneado por Bhishma, todavía parece débil nuestro ejército, mientras que el enemigo, aunque mandado Bhima (aunque el comandante del ejército Pandava era Dhrishtaryumma, Bima era la encarnación de la fuerza y el valor en duchas huestes), parece fuerte (si bien el número de combatientes en el ejército de los Kuravas era mayor, el de los Pandavas lo ventajaba, puesto que la Justicia Divina, representada por Sri Krishna, se hallaba de su parte).

11. Por lo tanto, permanezcan todos en filas sosténganse firmemente en sus respectivas posiciones, defendiendo a Bhishma, lo mismo que a todos sus generales.

12. El glorioso caudillo, el Abuelo (Bishma), al ascendiente de los Kurus, para enardecer al principe, sopló entonces la caracola marina, cuyos roncos sones parecieron rugidos de león.

13. Y súbitamente respondieron en tumoltuosos sonidos las caracolas marinas, los timbales, tamborines, tambores y cuernos bélicos.

14. Entonces, Mâdhava (otro nombre del Señor Krisha) y el hijo de Pandu (Arjuna), de pie sobre su gran carro de guerra arrastrado por caballos blancos (la palabra sánscrita rath significa a la vez vehículo y cuerpo humano, que no es sino el vehículo del Alma Inmortal, dice caballos blancos, ya que ellos simbolizan la energía pura del hombre devoto, representado por Arjuna), soplaron sus divinas caracolas.

15. Pañchajanya (la caracola Pañchajanya se llamó asi por haber sido obtenida por Sri Krishna cuando dió muerte al Asura (demonio) Pañchajanya, dcho Asura vivia en el interior de la caracola) era la de Krishna y Devatta (era una dádiva recibida por Arjuna de su padre místico, el Dios Indra) la de Arjuna. Vrikodara (Bhima) el de las terribles hazañas, sopló su potente caracola Paundra.
16. El Rey Yudhistira (el mayor de los Pandavas, encarnación del Dharma, que es la justicia y la rectitud), hijo de Kunti, sopló la caracola Anantavijaya (significavictoria eterna, ya que tal es el fruto del obrar rectamente); Nakula y Shadeva (principes Pandavas hijos de Madri) soplaron sendamente la Sughosha y la Manipushpaka.
17. Y Kâshya (Rey de Kâshi, actual Benarés), el del gran arco, Shikandi (hijo del Rey Drupada y reencarnación de Amba, hija del Rey Kâshi, que nació por anhelo de venganza cntra Bhisma), el del poderoso carro, Drishtadyumna y Virâta y Sâtyaki el invicto.
18. Drupada y los hijos de Daupadi, ¡Oh Señor dela Tierra!, y Saudhadra (Abhimanyu) el armipotente, soplaron acá y allá sus diversas caracolas.
19. Aquel tumultuoso estruendo desgarró el caorazón de los hijos de Dhritarâshtra, estremeciendo tierra y cielo con sus sones.
20. Al ver que los hijos de Dhritarâshtra, estaban en orden de batalla, e iban las flechas cruzar el aire, aquel que lleva un mono por estandarte (simboliza la personalidad totamente entregada al Señor por Amor, y también es símbolo de la mente inquieta cuando ésta aún no se encuentra focalizada hacia Dios), hijo de Pându, empuño su arco y habló así a Krishna, ¡oh Señor de la Tierra!
Arjuna dice:
21. En el medio, entre los dos ejércitos, pon mi carro, ¡oh Achyuta (otro nombre del Señor Krishna que significa ¨El inmutable¨, ¨el que no varía¨)!
22. Para que pueda contemplar esas huestes ansiosas de pelea con las que he de combatir en esta inminente guerra.
23. Y mrar a los ahí reunidos, prontos a la lucha y deseosos de complacer en la batalla al perverso hijo de Dhritarâshtra.
El Sabio Sanjaya dice:
24. Así solicitado por Gudakesha (otro nombre de Arjuna, que significa el que conquisto el sueño, compuesta por ¨Gudaka: ¨Sueño¨ y ¨Esha¨ ¨conquistador¨, el que dominó a Tamas, la inercia y la pereza, desde allí que Krishna llame así a Arjuna, porque el discípulo espiritual no permite jamás qu ela inercia lo posea y está siempre atento y vigilante, controlando -por Amor a Dios, su Gran Amado-, mente y sentidos), guió Krishna el carro hasta que estuvo en el medio, entre ambos ejércitos.
25. Frente a frente de Bhísma, de Dron y de todas las potestades del mundo, dijo al Principe: ¨¡Oh Párta!, contempla a esos Kurus ahí reunidos¨.
26. Y entre las filas de ambos ejércitos vió Pârtha (Arjuna) a pdres y abuelos, preceptores y condiscípulos, tíos, primos, hijos y nietos.
27. Cuñados y bienechores, en una y otra hueste. Al ver Kaunteya (Arjuna, hijo de kunti) a tantos deudos as´prestos a la lucha, movióse a profunda piedad y exclamó tristemente:
Arjuna dice:
28. ¡Oh Krishna! Cuando contemplo a esos, mis parientes, así prestos al combate y anhelosos de pelea.
29. Se estremecen mis miembros, se me abrasa la boca, todo mi cuerpo tiembla y el cabello se me eriza.
30. Gândiva (el arco divino de Arjuna, contruido por el Dios Creador Brahmâ y entregado a Arjuna por Varuna, la Deidad de las aguas) se me cae de la mano, arde mi pel, no puedo sostenerme se atorbellina mi mente.
31. Y presiente adversos augurios, ¡oh Keshava (otro nombre de Krisha que significa ¨el de la rizada cabelleda¨)! No veo ventaja alguna de que en batalla se maten los parientes.
32. Porque, ¡Oh Krishna!, no ansío la victoria, ni la realeza, ni los goces. ¿Qué es la realeza, ¡oh Govinda (Sri Krishna)!, qué los placeres y aún la misma vida,
33. Sí aquellos por cuya causa anhelamos bienes materiales, están ahí batalladores con desrecio de vida y de riquezas?
34. Maestros, padres, hijos, abuelos, tíos, suegros, nietos, cuñados y demás parientes,
35. Aunque perezca, no quiero matarlos, ¡oh Madhusudhana! No Quiero matarlos ni aún por lograr el imperio de los tres mundos, cuanto menor todavía por el imperio de la Tierra.
Notas: Krishna es mencionado bajoel nombre ¨Madhusudana¨. ¨Madhu¨ significa ¨miel¨. Porque como a miel, el hombre ama a suego o yo inferior, mientras que Krishna lo destruye o diluye, de allí se llame Madhusudhana (el destructor de Madhu). También Madhu es el nombre de un Asura o demonio que había sido destruido por Krishna.
36. Si matamos a los hijo de Dhritarâshtra, si exterminamos a esos perversos, ¿qué satisfacción obtendremos?, ¡oh Janârdana (Sri Krishna)! Pecado caería sobre nosotros.
37. Así, no mataremos a nuestros familiares, los hijos de Dhritarâshtra: ¿cómo podríamos ser dichosos, ¡oh Mâdhava!, si matáramos a nuestros parientes?
38. Aunque ellos, ciegos por la codicia, no vean culpa en la destrucción de una familia, ni crimen en hostilizar a los amigos,
39. ¿Por qué no hemos de esquivar el pecado, ¡oh Janârdana!, quienes vemos males en la destrucción de un familia?
40. Destruida una familia, se pierden sus inmemoriales tradiciones (Dharma); y al perderse las tradiciones, el error sesobrepone a la familia entera.
Nota: Dharma, esta palabra, cuyo significado es muy amplio, significa primariamente ¨lo que hace que una cosa sea lo que es¨, es decir, su naturaleza esencial, lo que la hace aparecer como es externamente; de aquí se desprende las leyes que rige a cada ser, sus deberes; y ello incluye ritos religiosos, apropiados para estas leyes y costumbres. ¨Dharma¨, por extensión, significa también ¨rectitud¨.
41. El predominio del error, ¡oh Krishna!, destruye a una familia, y a causa de esta destrucción, ¡oh Varshneya (otro nombre de Krishna, que significa ¨perteneciente a la familia de Vrishni¨, quien fue un famoso Rey de la disnastía Yadhu)!, nace la confusión de castas.
42. Esta confusión produce como fruto el dolor en aquellos que destruyen a unafamilia, porque cuando ello sucede los antepasados desfallecen desprovistos de las tortas de arroz y de las libaciones.
Notas: Los Vedas prescriben a los hindúes la obligación de ofrecer libaciones y una torta de arroz a sus anetpasados hasta la tercera generaión. Esta ceremonia se efectúa el dia del plenilunio. Se dice que talofrenda es necesaria para la paz de los antepasados.
43. Por esta confusión de castas que originan las fechorías de los matadores de la familia, se extinguen las tradiciones familiares y aún las de toda la casta.
44. El dolor es, ¡oh Janârdaa!, la moradade los hombres cuyo respeto por las tradiciones de la familia se exinguen. Así nos lo han enseñado.
Nota: La institución de castas da al hombre el conocimiento de lo que ha de hacer para alcanzar la Vida Eterna. Teniendo cada familia debidamente puntualizados sus deberes, el alma individual nace en la que le es más adecuada para su auto-realización.
45. ¡Ay de mi!, a punto estoy de cometer un gran error, pues tenemos intento de maatr a nuesros parientes por ambición de señorío.
46. Más me valiera que los hijos de Dhritarástra, arma en mano, cayera sobre mi y me mataran, hallándome indefenso, sin que yo les diese el rostro.
El Sabio Sanjaya dice:
47. Esto dicho en el campo de batalla, dejóse caer Arjuna en el asiento de su carro, arrojando arco y flechas, con el alma llena de dolor.
Así, en el glorioso Upanishad del Bhagavad Gîtâ, la Ciencia del Eterno, el Libro de la Unión Divina, el coloquio entre Sri Krishna y Arjuna, es el Primer Capítulo titulado:
DESALIENTO DE ARJUNA.

sábado, 20 de junio de 2009

EL MANTRA DEL BHAGAVAD GîTÂ.


A de ser recitado antes del estudio de Bhagavad Gîtâ.
Los maestros, en India, al comenzar y finalizar las sesiones de estudio de Bhagavad Gîtâ, entonan este Mantra u oración sagrada con gran devoción.


Om pârthâyapratibodhitâm
bhagavatâ nârâyanena svayam
Vyâsena grathitâm purânamuninâ
madhyemahâbhâratam
Advaitâmrtavarshinîm
ashtâdashâdhyâyinîm
Amba tvâm anusandadhâmi
bhagavadgite bhavadveshinîm.


Om: el monosílabo indicativo del Supremo Brahman (Dios Absoluto)-
Pârthâyapratibodhitâm: con el cual Arjuna fue iluminado.
Bhagavatâ: por el Señor.
Nârâyanena: por Narayana.
Svayam: Él Mismo.
Vyâsena: por Vyasa.
Grathitám: compuesto.
Purânamuninâ: por el anciano Sabio.
Madhyemahâbhâratam: en el medio del Mahâ-Bhrâata.
Advaitâmrtavarshinîm: en la forma de dieciocho capítulos.
Amba: Madre afectuosa.
Tvâm: en Ti.
Anusandadhâmi: yo medito.
Bhagavadgite: Oh Bhagavad Gîtâ.
Bhavadveshinî: destructora de los renacimientos.


Om. ¡Oh Bhagavad Gîtâ!. Por Tu gracia, Partha (Arjuna) fue iluminado por el mismo Señor Narayana. Tú has sido incorporada en el medio de Mahâbârata por el anciano Sabio Vyasa. ¡Oh Divina Madre! Destructora de los renacimientos, que nos bendices con el Néctar de la Advaita y que Te hallas compuesta por Dieciocho Capítlos; en Ti, ¡oh Bhagavad Gîtâ! ¡oh Madre afectuosa!, yo medito.

ARGUMENTO GENERAL DEL MAHÁBARÁTA.

A continuación presentamos en forma abreviada la historia general relatada en la gran epopeya hindú titulada ¨El Mahábhárata¨, dentro de la cual se halla el Sagrado Bhagavad Gitá.

Según la historia, en época remotísima hubo en Hastinapura un Rey llamado Vhitravirya, descendiente por línea directa de Kuru, el fundador de la dinastía. Vichitravirya, quien era hijo del Rey Shantanu y la Reina Satyavati, poseía dos hermanos: uno por parte del padre, llamado Bhíshma, y otro por parte de la madre, conocido por el nombre de Vyasa.
El Rey Vichitravirya, se casó sucesivamente con las princesas Ambika y Ambalika, quienes eran hijas del Rey Kashi; pero al poco tiempo de su matrimonio murió Vichitravirya sin hijo alguno para heredar la corona, que, interinamente y por derecho de sucesión colateral, recayó sobre Bhisma.



Entonces, estimulado por divina compasión, Vyasa generó con Ambika y Ambalika dos hijos, cuyos nombres fueron: Dhitaráshtra y Pandu.



El primogénito, Dhritaráshtra, nació cego, y a la edad convniente contrajo matrimonio con Gándhári, hija de Subala, Rey de Ghándhára. De tal matrimonio nacieron los cien principes Kuravas, el primogénito de los cuales llevó por nombre: Duryodhana.


Recordemos que los Kuravas representan las tendencias inferiores del ser humano, todo cuanto lo aparta del Camino hacia Dios. Esas tendencias o cualidades negativas, tales como envidia, celos, iracundia, lujuria, avaricia, etc.. son multitud en la criatura humana, de allí el elevado y simbólico número de ¨cien hermanos Kuravas¨.



Por su parte, Pandu, contrajo matrimonio con la princesa Kunti (también llamada Pritha), hija de Sura; y más tarde tomó también por esposa a la princesa Madri.



De kunti, tuvo Pandu tres hijos: Yudhistira, Nhima y Arjuna; y de Madr, otros dos hijos: Nakula y Sahadeva.



Aquí es preciso advertir que Pandi sólo era padre putativo de los príncipes, pues por haber matado involuntariamente a un brhmin durante su juventud, fue condenado a no tener hijos.



En verdad, los cincos Príncipes Pandavas son hijos de cinco Seres Celestiales o Devas: el Padre de Yudhistira es Dharma, el Deva o Dios de la Justicia; el de Bhíma es Vay, el Deva del Viento; el de Arjuna es Indra, el Rey de los Devas; y los de Nakula y Sahadeva son los dos Ashwines, los Médicos Celestes.



Desde entonces, la familia real de hastinapura quedó divindad en dos ramas: la de los hijos de Dhritaráshtra, que conservó el nombre de Kuravas y la de los hijos de Pandu, conocidos como Pandavas.



De los sucesores de Vichitravirya (Dhitaráshtra y Pandu), Dhritaráshtra era el mayor, sin embargo, por ser ciego de nacimiento, de acuerdo a las leyes brahmánicas, estaba incapacitado para gobernar el reino, y así hubo de renunciar a la efetividad de la soberanía en su hermano menor, Pandu, en quien por derecho hereditaro recayó la regencia, quedando como futuro sucesor de la corona, el prmogénito de Pandu que, como levamos dicho, tenía por nombre: Yudhistira.



Durante la regencia de Pandu, sus cinco hijos se distinguieron notablemente por su vasta instrucción a la par que por sus brillantes hechos de armas, hasta el punto de excitar la envidia de su primo Duryodhana, el primogénito de Dhritaráshtra.



Después de varios intentos contra los Principes Pandavas, y viendo que nada podía lograr por la fuerza, concertándose al efecto con Sakumi, hernao de Gándhari y Rey de Gándhára, quien era un hábil jugador de dados, que, aprovehando la pasión de Yudhistira por el juego, hizo que apostara el reino y lo perdiese.



En efecto, invitado a jugar al Rey Yudhistira, fue perdiendo en dos ocaciones sucesivas la corona, su patrimonio persona y, por fion, su misma esposa, Daupadi, la que separada de su esposo quedó reducida a humillante esclavitud. Según las condiciones estipuladas por el juego, l ganancioso Duryodhana debía reinar por trece años; y durante ese período fueron desterrados los cinco principes Pandavas, quienes sufrieron en su errabunda vida toda clase de privaciones.



Expirado el plazo convenido, reclamó yudhistira la corona; pero el pérfido Duryodhana no quiso reconocer en modo alguno los legítimos derechos de su primo, por lo que después de varios intentos de negociación, resolvió al desterrado monarca confiar su razón a la fuerza de las armas, reuniendo, al efecto, con el apoyo de varios reyes vecinos, un fuerte ejército para atacar al usurpador, quien, por su parte, reunió también poderosas fuerzas.



Dhritaráshtra, el Rey ciego, que reinaba sin gobernar, condescendió, por exceso de amor paternal, con las injusticias de su primogénito, desdeñando las exhortaciones con que Sri Krishna, encarnación de Dios sobre la Tierra, y otros hombres piadosos, trataron de disuadirle.



Entonces le preguntó Sri Krishna si deseaba recobrar la vista para presenciar por sí mismo la batalla que iba a librarse; pero como Dhritaráshtra rehusara tamaño beneficio, concedió Krishna (en virtud de los sobrehumanos poderes con que estaba dotado), a Sanjaya, conductor del carro de Dhitaráshtra, las necesarias facultades visuales y auditivas como para no perder ni un pormenor de cuanto sucediese en la batalla.



A punto estaba de comenzar la contienda, cuando Arjuna, deseoso de darse cuenta de la situación, suplica a Krishna que guíe el carro hasta colocarlo en el espacio que separa a las dos hueses, y allí el Deva le va nombrando los combatientes de una y otra parte. Apodérase el espanto del corazón de Arjuna, al ver que ha de pelear fraticidamente contra gente de su propia sangre, y arroja desalentado archo y flechas, resuelto a dejarse matar desarmado antes de herir a sus parientes en la nefasta pelea.



Entonces Krishna le expone razones y argumentos en contra, declarándole la admirable doctrina que palpita en todos los versículos del Canto, de lo que convencido, por fin, Arjunase resuelve a luchar contra los Kuravas, cuya completa derrota restituye a los Pandavas el usurpado trono del maravilloso reino de Hastinapura.



El diálogo o coloquio que antes de la batalla sostienen Sri Krishna y Arjuna constituye el tema del Bhagavad Gita. Todo este cologuio lo escucha Sanjaya gracias a la aptitud que para ello le haía otorgado previamente Krishna, y después de oido lo relata al Rey ciego Dhritarashtra.


De este modo, y habiendo sido transmitido con posterioridad de generación en generación, ha llegado hasta nosotros este sagrado diálogo, cuyas palabras guían hacia Dios a aquellas almas que con Fe y Devoción lo escuchan.



LOS TRES ASPECTOS DEL BHAGAVAD GITA.


Cuando leemos el Canto del Señor o Bhagavad Gita es preciso tener en cuenta sus tres aspectos: tiene una parte que es cognoscitiva y con la cual la mente puede hallarse -o no- de acuerdo, por ejemplo, cuando repetidamente y en varios capítulos se nos dice una y otra vez que transmigramos, que nuestro espíritu va de un cuerpo a otro en innumerables vidas, buscando experiencias por medio de las cuales lograr la perfección. Un solo día de colegio, un solo año, no nos hace eruditos. hay que asistir durante innumerables días a las escuelas de aprender, antes de finalizar los estudios. El cuerpo físico, así, pierde importancia: él es sólo un ¨guardapolvo de aprender¨, un delantal de colegial que, cuando se gasta, puede sustituirse por otro para seguir asistiendo a la Escuela-Vida. Podemos creer en esto o no: eso es sólo un conocimiento. Podemos creer o no que nuestro último pensamiento antes de abandonar el cuerpo físico, determina nuestro destino futuro (Cap. VIII, Slokas 5 y 6); o nos absorbemos en Dios -si pensamos en Él en el momento de partir- o nos dirigimos a aquello en lo cual pensamos. Tamién en esto podemos -o no- creer que así sea. En todo esto interviene la mente, en todo esto se necesita de la razón.



Sin embargo, cuando Dios-Gita nos dice: ¨Hijo mío, no malquieras a nadie, sé humilde, sé compasivo¨, la mente da un paso hacia atrás, y miles hacia adelante da el sentimiento; éste es como un niño que necesita amamantarse con la leche de su Madre Gita para crecer en salud espiritual. ¨No malquieras a nadie, hijo mío¨ -nos dice- y ante esta divina enseñanza, todo el Universo cobra para nosotros un sentido nuevo. No hay que pensar, hay que amar. En ello está la clave y nos lo dice nuestra Madre Gita una y otra vez.




Es claro que su tercer aspecto es el más maravilloso y es cando repetidamente nos guía y enseña para que Amemos a Nuestro Señor sobre todo cuanto existe, sobre todo sentir y pensar. ¨Posa tu Amor en Dios, Hijo Mío, y sólo de Él se devoto. Sacrifica tus miedos, tus mbiciones, tus egoísmos, sacrificalos por Él y sólo ante Él póstrate, no ante tus apegos y soberbias¨.



Esos tres aspectos del Bhagavad Gita son como Soles refulegntes de Sabiduría; por cierto el último aspecto es su corona y es lo que enseña a Arjuna como ¨última y más secreta palabra¨. El ¨misterio de los misterios¨ no es ninguna fórmula alquímica que guía a extrañas transmutaciones de metales exóticos; no es tampoco develar los enigmas de ocultas pirámides. Todo esto se deja para los niños; ellos son los que gutan de estos caramelos que se compran en la tienda del mundo fenoménico. Para los más crecidos hay otro camino, el del Amor a Dios, que parece tan simple, tan fácil, y al cual tan sólo llegan los más iluminados; porque para amar a Dios tengo que desvestirme totalmente de ego y eso es casi desvestirme totalmente de ego y eso es casi imposible para una criatura humana.



Sin embargo es lo que Krishna nos enseña en esta Obra. En su espesísimo bosque filosófico, en todo el esplendor de su Divina Sabiduría, el Amor a Dios es enseñanza fundamental. No hay otra, no puede haberla tampoco. AmarLo es hallarnos, es develarnos. La realización hmana no es hija de ningún conocimiento: la Realización es hija del Amor. Es, quien Ama, no quien piensa.



Tener presente los dos versos perfectamente concatenados del Capítulo XI o ¨Visión de la Forma Universal¨. Krishna e ha mostrado en Su Divina Forma, y los ojos desorbitados de su discípulo Arjuna, se paralizan de estupor. Es demasiado para él. Pide a su Maestro que se presente en Su forma humana,. Krishna así lo hace, y le da la Gran Lección, la que jamás debemos olvidar, la que debemos tratar de comprender una y otra vez. Es ésta:



¨Sacrificios, Vedas, limosnas, buenas obras, ásperas austeridades y profundos estudios o puderon dar a hombre alguno la visión de Dios, que sólo tú, Arjuna,contemplaste¨.



¡Sólo por Devoción, hermano lector, sólo por Devoción se halla al Señor!Quisiera Él que esta Obra pueda ser leída y consultada una y otra vez, por todos aquellos espíritus que, ya en la ¨puerta de salida¨ de la Casa de la Ignorancia, luchn por hacer suya la más grande enseñanza de esta obra:



Sólo los purificados y devotos, alcanzan la gloria de la Visión Divina y con ello el acceso a la Felicidad y la Inmoralidad.


Ada Albrecht, Francisco Alvarez, Octubre de 1995.

viernes, 19 de junio de 2009

INTRODUCCIÓN.


El Bhagavad Gîtâ signfica ¨la Canción del Señor¨, ¨Gît⨠es ¨canto¨. Un corazón lleno de dolor, no canta nunca; cuando hay canto, hay Amor, hay felicidad, hay contentamiento.


Dios Nuestro Señor, que es alegría suma, cuando enseña a Sus hijos lo hace cantando.


El Bhagavad Gîtâ no se lee, se canta. No es prosa, está escrito en versos; estos últimos tienen dos medidas, de acuerdo a las enseñanzas que nos dan.


Nosotros, en Occidente, lo leemos. En india, ello resultaría muy extraño. Prosificándolo, lo desnudamos de su belleza Celeste. Es como un día sin Sol.


El Bhagavad Gîtâ es la joya espiritual más amada por los hindúes yes su Sagrada Escritura. Se encuentra en medio de una Obra monumental llamada Mahábhárata; esta última, por su extensión y sabiduría es la mayor epopeya que nuestra humanidad haya producido jamás. También se halla escrita en verso.


Hay una traducción suya en inglés, del siglo XIX, y muchos pequeños compendios hechos en numerosos idiomas. Sin embargo, dificilmente podamos comprender su significado. Para nosotros es la narración de una guerra entre familias rivales y es tan así que hasta traducimos ¨Mahábarata¨ como ¨la Gran Guerra¨ y no es tal. Lo sabios Maestros hindús la conocen como ¨La Gran HUmanidad¨, o sea, todo lo que vive el ser humano en este mundo, todas sus ambiciones, sus odios, amores e ideales.

Entre los centenares de miles de personajes que habitan dentro del fntástico universo escrito,
que es esat Obra, se destacan, por un ldo, los hermanos Pandavas, símbolo de la bondad, el inegoísmo, y sobre todo, el Amor a Dios, que es nuestro Maestro y Amigo -y que no es en el Bhagavad Gîtâ una figura trágica que acusa, maldice y castiga-, sino un compañero sabio y lleno de comprensión que guía, corrige y orienta.


En la Obra, el Señor es Krishna, Avatara o Encarnación del Dios Creador y misericordioso, el Señor VIshnu.


Krishna ama profundamente a los cinco hermanos Pandavas, y estos últimos, a la vez, ven la vida por los ojos de su Señor, el dulcísimo Krishna.


El Krishna del Mahábaarta es Dios, pero un Dios que ríe, canta, aconseja, danza, un Dios que se entiende con la VIda, un Dios que cree en su hijo, el hombre, y lo insta a seguirlo con Amor.


En Krishna n hay tragedias ni rostros cariacontecids. Quien tenga un concepto estrecho de la Divinidad, jamás podrá entender al glorioso Krishna de las mil modalidades.


Él es Eternidad y también Tiempo. Como Eternidad está poseido por el Amor, la virtud, la fuerza y la nobleza; como Tiempo sabe ser hijo de las horas, y se transforma en compañero amoroso de los seres humanos.


Aún en su lecho de muerte nos da la Gran Lección: bendice al cazador cuyas flechas le arrebataran la VIda. No le dice: ¨te perdono porque me has dado muerte¨. Esto es pueril para quien es Amor y Dueño del Universo. Por el contrario, al que le da la muerte le dice: ¨¡Gracias, eres bienaventurado! Te debo el poder recobrar así Mi verdadera naturaleza Divina¨. ¡Dios Nuestro Señor, agradeciendo humildemente por la muerte que le da, a un simple cazador!.


Es a esta manifestación de lo Infinito vuelto finito por Amor, a Quien los hermanos Pandavas se consagran.


Ellos y su adorado Krishna deben llevar a cabo una empresa gigantescam, deben realizar una tarea ciclópea: la reconquista del Reino del Corazón, del Sagrado Reino de Dios, el cual se halla poseído por desdichadas ambiciones mundanas; pòseído de orgullo, gobernado por la ira, el ateísmo, la soberbia. Esto último en la Obra se halla representado por un personaje: Duryodhana.


Como los mismos Pandavas, estePríncipe del mal se halla emparentado con Krishna. De Krishna -Dios- procede todo. Ángeles y demonios, día y noche, tienen una sola raíz: el Creador.


As´´i, Duryodhana y los Pandavas, de algún modo se hallan emparentados, como las estrellas y los abismos....


Es claro que, mientraslos Pandavas reverencian a Krishna, Duryodhana lo subaja, lo insulta y lo desconoce como Encarnación Divina.


Duryodhana es el ego nuestro de cada día, el ego altanero, ambicioso y ciego para esa Realidad Invisible que este enamo de nuestra invención no puede ver.


Esa ¨Ciudad del Corazón¨ en la Obra, recibe un nombre maravilloso ¨la ciudad de los elefantes¨. Ciertamente, de todos los seres vivos, ellos son los más gigantescos, amables y inofensivos, y también los más memoriosos e inteligentes. Cuando los elefantes -Pandavas- no reinan en el corazón, éste cae en poder de os animales de presa, cae en manos del ego, o sea, del Príncpe Duryodhana y sus secuaces.


Toda la Obra -El Mahábhárata- es una larguísima historia que nos cuenta cómo se logró la conquista de esa Ciudad del Corazón o Hastinapura.


En el centro de la misma, como su joya más preciosa, se halla el Bhagavad Gitá o ¨La Canción del Señor¨. Es una obra breve, de dieciocho capítulos y de una profundidad inconmesurable. Se trata de un diálogo entre el Señor Krishna y Su más mada devoto, el Pandava Arjuna.


Arjuna era criatura de paz, no deseaba luchar en contra de sus primos por la conquista de hastinapura de la cual él, como sus hermanos, eran los legitimos herederos.


Hastinapura se encontraba gobernada por Duryodhana, quien logró hacerla suya por medios ilícitos.


Krisha en el Bhagavad Gîtâ guía a su discípulo con aor, para que luche y reconquiste para él y sus hermanos esta Ciudad del Corazón. Hay que triunfar sobre el ego para ello, y ´ste, cuando se pone en pie de guerra se agiganta, y parece invencible.


La piedad de Arjuna se estremece, no quiere luchar contra sus ¨parientes y amigos¨... Así, la criatura humana suele considerar a sus debilidades como si fuarn sus ¨parientes y amigos¨. Hay que subir mucho, escalar la misma Cima del Alma para atacar desde allí, los laberintos de complejos, apegos y tendencias, a las cuales se aferra equivocadamente nuestro ser. Antes de ese ascenso, reina la duda. Así se nos presenta Arjuna en el Bhagavad Gîtâ. Es el diálogo más bello del mundo, perla inmaculada y purísima de la Literatura Sagrada Universal. No nos narra la vida y muerte de ningún santón o maestro que pudo -o no- existir en un momento de la Historia. El Baghavad Gitá es el Canto de Dios y como tal es un libro de metafísica, es pura enseñanza espiritual. Nos da la clavepara una existencia feliz, nos enseña por qué debemos perdonar, amar, dar, y nos orienta por fin, a través de un largo camino de virtudes, a la Liberación del Alma de las redes de la ignorancia, su Unión con Dios.